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Entendemos por medios de comunicación social, aquellos instrumentos creados por el ser humano que le permiten llegar a un público numeroso de diversas edades y lugares, a través de los cuales comunica mensajes variados presentados por medio de diversos géneros.

Los mass media tradicionales y en el orden que fueron surgiendo, son: la prensa escrita, la radio, el cine y la televisión. Hoy en día hay que incluir el internet y sus diferentes aplicaciones, como un medio virtual que también se ajusta a la definición anterior.

Hay que reconocer que estos instrumentos forman parte integral de la vida humana; es decir, juegan un papel protagónico en la sociedad de hoy, hasta el punto de ser considerados propiamente inherentes a la vida de la persona.

Ahora, una cosa es que les demos importancia y que los usemos, pero no permitamos que determinen nuestro horario, manera de pensar y conductual. Tengamos presente que todos los medios de comunicación social, en absoluto, tienen intereses definidos, no son imparciales; casi todos responden a intereses económicos, otros a intereses ideológicos.

Se supone que las tres funciones básicas de los medios de comunicación social son: informar con objetividad, entretener en el marco de la ética y moral, o en el marco de un código deontológico, en vista a la salud mental de la convivencia social, y educar, promoviendo las buenas costumbres y valores de la sociedad. Esta misión sigue siendo un ideal que nunca se debe olvidar.

Propongo, que ustedes y yo definamos criterios que nos ayuden a hacer un mejor uso de estos medios sociales, los cuales están llamados a servir a la sociedad y no al revés. En este sentido, sugiero estos cuatro criterios:

  1. Aclaremos nuestras motivaciones de vida, pues nos ayudarán a establecer las prioridades.
  2. Definamos horario y contenidos del uso de estos medios según estas prioridades.
  3. Seamos críticos con los contenidos, la información extra y el análisis nos ayudarán para desarrollar una mayor capacidad crítica ante las informaciones recibidas.
  4. No nos conformemos con una sola opinión, tenemos el derecho a la investigación.