He visto documentales en donde animales son usados para terapia de personas con algunas dificultades psicomotoras o algún nivel de depresión. Yo diría que ambas partes salen beneficiadas de este trato atento, dedicado y considerado. Hay quienes, en vez de tener un animal, tienen un jardín u otro pasatiempo (= hobby): deporte, música, arte gráfica, etc.
Sin embargo, la mayor terapia que podemos recibir en la vida es el encuentro del amor de Cristo con nosotros a través de la oración, lectura de la Biblia, los sacramentos, el encuentro con los hermanos de fe, y la vida correcta. Este encuentro los percibimos como perdón, comprensión, fortaleza, esperanza.
Conocí este árbol y su fruto cuando era niño, me apena que hoy en día es escaso, es de buen tamaño y su semilla es comestible, ya sea asada o cocida y tiene un sabor parecido al maní. Se le conoce en República Dominicana como anacaguita, pero es originario de América Central y se le llama también: camoruco, castaño, tepetaca, etc.
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